Parece que el 19 de abril la red de cobre en España dirá adiós y con ella, la conexión por ADSL.
A finales de 1999 pedí a Teleline la instalación de ADSL en casa de mis padres. No era nada barato: comprar el modem/hub (si hub, nada de switches) e instalación costaba cerca de 300€ más la cuota mensual (60€). Pero ya estaba trabajando y me lo podía permitir.
Aparte mis padres ya me daban el ultimátum: no podía tener ocupada la línea de teléfono cuando estaba en Internet. Hasta la llegada del ADSL las opciones que tenía era poner una segunda línea o contratar RDSI.
El modem que me pusieron fue este, el 3Com OfficeConnect 812 ADSL Router. Un aparato que estuvo conmigo muchos años y reconfiguraba cuando cambiaba de proveedor de Internet. Muy sencillo (no tenía wifi, los puertos ethernet eran a 10Mbps) pero muy fiable.
Fue una experiencia muy rara llegar a casa, encender el ordenador y no tener que llamar con el módem a tu proveedor. Internet estaba siempre disponible, tarifa plana, sin tener ocupada la línea de teléfono. Lo que hoy es lo más normal, en aquella época era ciencia ficción (salvo que tuvieras el dinero suficiente para contratar dos líneas RDSI).
256Kbps de bajada y 128kbps de subida (32KB/s y 18KB/s respectivamente). Un archivo de 5 MBs tardaba entre 2:30 y 3 minutos en descargarse. Con la perspectiva de hoy parece lento, pero veníamos de conexiónes de 33.6Kbps y 52Kbps que en buenas condiciones el mismo archivo tardaban entre 8 y 5 veces más (24 minutos en el primer caso, 15 en el segundo). Y digo en buenas condiciones porque muchas veces había saturación, y la conexión era mucho más lenta de lo contratado.
Con el tiempo las velocidades fueron aumentando, los precios de instalación y modems fueron bajando (a costa de poner módems de peor calidad). Llegó un momento que no hacía falta que un instalador fuera a tu casa, te daban un kit de autoinstalación con los famosos spliters que se conectaban a la toma de teléfono. Fue el momento de la masificación del ADSL, y el comienzo de los problemas de saturación.
Después llegó el cable y la fibra. Y llegamos al presente donde, en mi opinión, las velocidades que tenemos son excesivas para la gran mayoría de la gente.
02/04/2024 - Personal