En el asunto de las contraseñas, usar siempre la misma es lo más cómodo. Pero también lo menos recomendable. Un punto intermedio puede ser usar un gestor de contraseñas. Y si usas Gnome, tienes Secrets.
Yo era de esas personas que usaba la misma contraseña para todos los servicios de Internet: mi capacidad de recordarlas no llegaba más allá de tener 2 o 3 distintas y desconocía (por pura desidia) los programas de gestión de contraseñas. ¿Qué podía salir mal?
Pues lo evidente: robaron de alguna web, donde estaba registrado, usuarios y contraseñas. Y el usuario coincidía con mi correo electrónico. Cuando me enteré fui consciente de mi error y empecé a cambiar ese mal hábito. Si, algunos solo aprendemos a base de tropiezos.
Empecé usando Keepass, hasta que descubrí la existencia de Secrets. Una aplicación de gestión de contraseñas, de código abierto y se integra con Gnome.
Se encuentra traducida al español y podemos encontrarla en la mayoría de los repositorios de las distribuciones o en Flatpak, que tiene la versión más actual.
Al ejecutarla por primera vez nos pide crear un nuevo depósito de claves. Para proteger su acceso debemos introducir una contraseña (no nos libraremos de ellas nunca) y, opcionalmente, podemos aumentar la seguridad creando un fichero cifrado en nuestro disco o usando una tarjeta inteligente. En el caso de activar alguna de estas dos, sin ellas no podremos acceder, aunque sepamos la contraseña.
Entre las opciones del programa, lo más destacado es referente al generador de contraseñas que tiene integrado, podemos establecer los valores por defecto de lo complejo que puede generar una contraseña. También el tiempo que el programa espera hasta que se cierre por inactividad y que se borre las contraseñas del portapapeles.
Al crear una nueva entrada se nos pedirá los datos habituales: nombre, URL, usuario y contraseña. Podemos asignarle un color e icono personalizado, adjuntar archivos, darles propiedades personalizadas e incluso ponerle fecha de caducidad, después de la cual dicha entrada será borrada.
Al escribir la contraseña podemos pedirle que la genere por nosotros, nos aparece un nuevo diálogo con las opciones por defecto (longitud, si queremos letras, números, mayúsculas o carácteres especiales) y modificarlas según nos convenga.
Trabajando con este programa, es tan sencillo como seleccionar la entrada que queremos y vemos dos iconos: uno copia el usuario al portapapeles, el otro la contraseña. Lo bueno de esto es que la contraseña nunca está visible, a menos que pulsemos el botón de "visualizar contraseña", muy útil cuando hay "otros ojos" mirando nuestra pantalla.
El fichero que genera el programa es compatible con Keepass v4, así que podéis abrirlo sin problemas en aquellos programas que lo soporten, manteniendo todos los datos.
Esta es una herramienta ideal para mejorar la seguridad de las contraseñas, ligera y sencilla de utilizar. Lo único que te tiene que preocupar es no perder el fichero (si ocurre, drama al canto), tener copia de él por si se corrompe (drama 2) y no olvidarse de las credenciales que abre el depósito (drama 3).
La parte buena es que ahora solo tienes que acordarte de una contraseña, en vez de 10 o 20.
19/04/2024 - Linux